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Federico Joan Rafael | Gabriel - Michael - Esteban - Ciscu - Antonio |
(1935 - 2020) Joan era lo que podríamos calificar como un collbatoní de pura cepa. Había nacido en el seno de una familia muy arraigada al pueblo y se casó con Montserrat Bros, hija también de otra estirpe collbatonina. Joan Capella nació en la masía de can Llates once meses antes de que estallara la Guerra Civil Española. Aprendió a leer y a escribir en la escuela del pueblo y, aprendio de sus padres las tareas del campo ya que tenían grandes extensiones que cuidar. De muy jovencito con quince años, entró como aprendiz en la única carpintería que había en Collbató, en Cal Ponis, al final de la calle Nueva. Allí fue descubriendo los secretos del oficio. Le gustaba hacer de carpintero. Le gustaba tanto que, cuando sus padres le propusieron entrar a trabajar en el taller de órganos de Can Rogent a propuesta del propio Joan Rogent, se lo pensó bastante: "[...] me resistí porque me gustaba trabajar en cal Ponis y ya me estaba bien ese trabajo. Pero el señor Rogent insistía e insistía y al final fui a realizar algunos trabajos al taller de órganos..., y también me sentí bien. Fue en el año del Congreso Eucarístico de Barcelona, en 1952, y recuerdo que en el taller de los Rogent se estaba haciendo un órgano para la iglesia de Moià. "Cuando entré a trabajar por el señor Rogent, Gabriel no estaba todavía de una manera fija, estaba trabajando fuera: primero en París y después en la casa Walcker de Alemenya. Pero ya lo conocía, porque habíamos coincidido alguna vez en aquella etapa que yo iba a trabajar en el taller de órganos en temporadas. En el taller trabajaba Montserrat Trias de Cal Duran, Maria Casanovas, Rafael Badia, Quimeta de Ca Engràcia, Esteve Bartrolí, Antonio Jiménez y por supuesto Enrico Rabagliati, que era el jefe". Joan Capella se convirtió en el socio con el que Gabriel Blancafort inició la nueva etapa en los órganos de Collbató en 1963. Durante un tiempo la empresa llevaba el nombre de los dos, muchos órganos muestran en la placa la marca Blancafort-Capella, que así lo certifica. A partir de 1972, Joan Capella dejó de ser socio, pasando a ser un operario del taller. Su especialidad fue construir los secretos, el elemento más complejo de los órganos. También colaboró con labores de carpintería y montaje. Trabajó en el taller hasta su jubilación en septiembre de 2000, día en que se le hizo un homenaje en Collbató. |
(1940 - 1979) -Estevet- Había nacido en una masía del pueblo, en la Fumada (hoy, una casa situada en el arcén de la actual autovía A2). Abrió los ojos en 1941. Allí, en la Fumada, pasó su infancia. Esteve fue a la escuela del pueblo y, cuando tuvo la edad de trabajar, se incorporó al obrador de cal Ponis donde inició su aprendizaje como carpintero. Durante unos años, alternó el trabajo en Cal Ponis con trabajos esporádicos en el taller de órganos de Can Rogent. Finalmente, Estevet fue inclinándose por el taller de órganos y se especializó en la construcción de los tubos de madera, de bancos y de pedaleros. Su hijo Sergi -que actualmente forma parte del equipo de organeros del taller Blancafort- hacía memoria que el primer instrumento donde intervino su padre fue el de Sant Feliu de Guíxols, a pesar de que sus trabajos más significativos organería fueron los órganos de Marbella y de Torreciudad. Estevet también hacía de carpintero y de ayudante armonista. Como organero, Estevet destacó por su destreza y habilidades, y tenía una gran capacidad de asimilar otras disciplinas. De ahí que actuó como prearmonista de los tubos de metal o afinador de los registros de trompetería. Esteve Bartrolí se casó con Josefina Pérez y el matrimonio tuvo dos hijos: Sergi (1968) y Joan Pere (1970). De carácter abierto, Esteve Bartrolí se convirtió tal vez en el operario más simpático y extrovertido del taller. Como a su compañero Rafael Badia, le gustaba la caza y colaboró en el ayuntamiento de Collbató como concejal y teniente de alcalde. Nada que hiciera pensar en su muerte prematura el 2 de abril de 1979 que conmocionó a la familia, el equipo de organeros y al pueblo entero. |
(1922 - 2004) Rafel nació en el municipio tarraconense de Tivenys (Baix Ebre) el primer día de diciembre de 1922. Llegó a Collbató de pequeño y allí se quedó toda una vida. En Collbató empezó a trabajar en el taller de Can Rogent y se especializó en la mecánica del órgano gracias a Enrico Rabagliati. En Collbató se casó con María -de la que enviudó demasiado pronto- y, en Collbató también, nacieron sus dos hijos, Josep y Jordi. Rafel era muy hábil e ingenioso, de aquellas personas que saben encontrar mil y una soluciones para hacer el trabajo encomendado en mejores condiciones. Cuando la fábrica de órganos de Can Rogent cerró sus puertas, él fue uno de los últimos operarios en abandonarla. Era un hombre fiel. Durante muchos años fue el juez de paz del pueblo. Este hecho era el motivo de que a menudo se presentara la pareja de la Guardia Civil en el taller para requerir sus servicios. Su apego a la caza era bien conocido por todos. Todavía hoy se puede ver un azulejo junto a la puerta del garaje de su casa, donde puede leerse: "Aquí vive un cazador". Gran conocedor de la montaña de Montserrat, de sus caminos y sus rincones. De vez en cuando cortaba alguna rama de boj y la llevaba hasta el taller de órganos para convertirla en piezas de teclados o pomos de registro. El boj es una de las maderas más preciadas a la hora de construir órganos, y Rafael lo sabía bien. Inquieto por naturaleza, ya al final de su vida laboral inició la construcción de un órgano portativo que finalizó durante la jubilación. Otra de las afecciones de Rafel Badia era visitar los Encants Vells de Barcelona. Muchos sábados por la mañana bajaba. Le distraía mirar y remover. No era raro que encontrara algun objeto para ingeniar algún utensilio o alguna máquina. Incluso utilizaba los Encants Vells como óptica. Si necesitaba unas gafas para leer, iba a una de esas paradas donde había tantas gafas de segunda mano, y con una quiniela en la mano, iba comprobando cuál de esas gafas le iba mejor para leer. Todo un personaje. |
1942 - Antonio Jiménez Martinez es otro operario que pronto se incorporó al taller de órganos Blancafort-Capella. Antonio procedía de la ola migratoria que se instaló en los municipios del Baix Llobregat Nord a principios de la década de los cincuenta. Había nacido en Bayarque: "la tierra de las tres cosechas: moco, esparto y lagaña...", tal y como él mismo la definía. Bayarque es un pequeño municipio situado en la umbría de la Sierra de Filabres, al suroeste de la provincia de Almería. Los primeros dos años que Antonio Jiménez permaneció en Cataluña -junto con su padre y un hermano- sobrevivió recogiendo haces de leña de encina por los bosques del municipio, especialmente por la zona que hay justo debajo de la Roca Foradada, en la parte occidental del macizo de Montserrat, en el término municipal de Marganell. El mismo Antonio Jiménez contaba: "[...] allí nos hicimos una cabaña aprovechando una entrada que había en la roca y, para que no nos hicieran daño los jabalíes que rondaban por allí, construimos una puerta con ramas gruesas y muy fuertes, una lleva que se abría hacia fuera y así nos protegía de "la bestia". Allí, en ese agujero, comíamos y habíamos dormido más de una vez. En una jornada habían llegado a hacer cien haces de leña con ramaje de encina, que era la buena, y que nos pagaban a dos o tres pesetas cada haz. La venía a recoger con carro y encuentros el de Can Pasqual, del Bruc, después la venía por las casas y por las fábricas. Leña para quemar! Todo el mundo necesitaba leña para quemar, entonces, Los hornos de cal de cal Rogent4 nos pedían mucha..." Y seguía explicando: "Habíamos llegado a Collbató el año 52. Yo tenía diez años y vivíamos en una casa que llamaban cal Fumat, en la calle de Pau Bertran. La casa era propiedad de la madre de Ciscu, de Angeleta. Y entonces llegó ese frío de mil demonios que mató a todo lo que estaba vivo. Fue el invierno del 56, lo recuerdo bien. Mucha gente se fue del pueblo porque no había trabajo y yo empecé a trabajar en la carpintería de cal Ponis: primero, de aprendiz; más tarde, como oficial... Estuve cinco años en Cal Ponis. Allí aprendí el oficio y esto me sirvió para entrar a trabajar en el taller de órganos de Can Rogent en 1961. Allí estaban el señor Enrico y el señor Aragonés, que eran los jefes, y Joan Capella, en Rafael de Cal Pigó, Quimeta, María de Cal Carlos, la de Cal Rexach... Fui el último trabajador que se marchó del taller cuando éste cerró sus puertas. Me fui a la mili y, cuando volví, empecé a trabajar en el taller de Gabriel, con Capella y Rafael Badia y Estevet... Debería ser el año 1965. Nosotros ya vivíamos en la calle de San Antonio y éramos un buen grupo. Todo el pueblo nos conocía por los Angelitos, porque mi padre se llamaba Ángel..." (e) Estuvo un buen rato más hablando. Me habló del órgano para la iglesia de Benissa que había hecho mientras trabajaba en Can Rogent y también del órgano de Marbella, construido mientras trabajaba con Gabriel Blancafort. |
(1951 - ) "Siscu" era también carpintero y natural de Collbató. Hijo de José y Angeleta. Siscu es uno de esos personajes del pueblo que se hacen querer. Su padre vino a Cataluña a finales de la década de los 40 para trabajar como manobra en la construcción de las llamadas "casas baratas" de Esparreguera, una de esas promociones de vivienda que financiaba el régimen franquista para superar la miseria del momento. José Pérez había nacido en Bayarque (Almería) y se situó en Collbató, en Cal Balart, en la actual calle de Amadeu Vives, algo más arriba de Can Rogent. Allí, durante el otoño de 1951, nació Francisco Pérez Jorba. Cuatro años más tarde, al padre le ofrecen la oportunidad de encargarse del bar y de la sala de cal Vicentó -el local donde actualmente se encuentra instalado el taller de órganos Blancafort- y la familia Pérez-Jorba se traslada a vivir allí. Francisco aprendió el oficio de carpintero en el obrador de cal Ponis, como Joan Capella y Antonio Jiménez. Iba un par de horas todos los días. Combinaba estudios y aprendizaje. Tras la muerte de su padre, entró a trabajar en la empresa Blancafort-Capella. Había que trabajar, ayudar a la madre y seguir adelante. El taller de órganos estaba terminando entonces la restauración del órgano de la iglesia de Santa Maria de Mataró. Su vida profesional se repartía entre el taller de órganos, el bar que abrió su madre en el centro del pueblo (La Moreneta, se llamaba) y las funciones de cartero del municipio, como encargado del depósito postal de la estafeta de Esparreguera. Francesc Pérez trabajó en el taller de órganos de Gabriel Blancafort hasta el año 1983. Siscu era hecho a las bromas ingeniosas que a menudo amenizaban las largas jornadas de trabajo en el taller. |
1931-2018 El Órgano del Sol Mayor de Marbella por José María Arrizabalaga: primer comentario segundo comentario
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